domingo, 22 de marzo de 2009

La vida que pasa

"Qué hago aquí,
en esta intimidad de brújula
al este
de un barrio sin futuro.
Qué hago aquí,
imaginándote
sílaba a sílaba
deletréandote
hueco a hueco.
Debajo de mi insomnio
parece que hace guardia un coche fúnebre"

José Antonio Padilla


"Para Eric, estos poemas áticos, por la amistad, por el placer de habernos conocido, un abrazo de José Antonio Padilla, Sevilla, oct-26-07". Así reza la primera página de mi ejemplar de Noches áticas del poeta malagueño José Antonio Padilla, quien obtuvo, entre otros, el premio de Poesía joven de Salamanca, una dintinción que muy pocos tienen el honor.

Conocí a Padilla la noche de un miércoles en un bar del barrio de Triana en Sevilla, minutos antes de que arrancara la tercera jornada del Segundo Reciltal Chilango Andaluz. Para mí, era en realidad la primera noche del evento, porque las del lunes y martes me había tocado presentarme y, entre los nervios y el cambio de horario, hasta esa noche inició la verdadera fiesta, el placer de escuchar la palabra de los otros, la presencia del verso en el escenario, el castellano andaluz como una ese que corta el viento, los licores al igual que las mujeres, de sabor conocido pero apellido extraño.

Y no necesité más de un par de poemas para saber que Padilla era el mejor del recital. Un poeta bragado, con los tamaños para silenciar la euforia de una cincuentena de escuchas desbordados, vikingos entusiastas de la letra. Y Padilla calmó a la horda con esos magníficos aforismos de su libro Colección de Olas:

"
Ya sabes, cuando las raíces tienen dolor, las flores tienen artritis"
"Todo lo que tiembla, es algo que ya ha temblado"
"Cada piedra es una idea embalsamada de Dios"
"La imprecisión, es una precisión más leve"
"La mediocridad es un spam"
"Se quitó el sujetador, abrió la puerta de su confitería"

Después siguió con versos mas elaborados que no dejaron de asombrarme. Antes de charlar con él y brindar y decir esas cosas que uno les dice a los poetas que envidia y admira, antes que eso, supe que Padilla, además de todo, no podía ser mayor que yo por mucho. Y efectivamente no lo era. Apenas uno despues de los treinta pero sus versos habían recorrido ya, muchos calendarios, y pese a ello no tenían el tufo de lo añejo, sino el vrtuosismo de la renovación.

El Feisbuk me dio hoy la noticia de su muerte, a los fatídicos 33, víctima de un cáncer. He comenzado a enterrar poetas y amigos. La vida a veces no me gusta.
Aquí un poema:

Nocturna palabra

a José Antonio Padilla
Bajo cada palabra dicha
yace otra palabra dormida,
tímida pudorosa
agazapa su forma o disfraza
los ecos que la hacen sonora,

por eso Muerte es también
Silencio,
y los mudos o sordos nunca
confunden Olvido con Viento

12 comentarios:

Pequeña Capitali$ta dijo...

Me has antojado leerlo con semejante reseña.

te mando una especie de abrazo de pésame.

Anónimo dijo...

Los poetas no deberían morir, pero a veces es necesario. Un abrazo Comandante.

Mosco dijo...

Únome a su dolor Hermano Hurón...

Rafael Merino Isunza dijo...

Pensé que, probablemente, José Antonio Padilla intuía su breve estancia en la Tierra y no perdió tiempo para generar poesía que fuera nueva y perdurara después de sí. Un abrazo comandante.

la valedora dijo...

que pedo con el facebook que ya hasta anuncia muertes.... que miedo
saludos, te extraño!!!

Profana dijo...

y su poesía seguirá viajando muchos calendarios, junto con el.

Un abrazo, Guara.

Anónimo dijo...

En unos momentos iré a googlearlo.
Unos reglones de silencio por él.







Tan joven.

Anónimo dijo...

Es mi tio.

Beso.

Fer V dijo...

Lo siento; descanse en paz.

El extraordinario legado que ha dejado lo mantendrá en la memoria de la gente en épocas por venir.

Un abrazo.

Cynthia Ramírez dijo...

Carajo!
No sé que me toca más:
+La muerte de un joven.
+La muerte de un poeta.
+La muerte de un joven poeta.
+ Que la muerte sea nuestro amigo común en Facebook...

Débora Hadaza dijo...

sirve un abrazo?

La Rumu dijo...

Sabe comandante? Me gustaría morir como su amigo, joven y habiendo creado letras que no mueren pronto, haciendo lo que me gusta. Eso es una vida bien vivida.
Un abrazo.