lunes, 13 de octubre de 2008

Las semanas y los años

La semana pasada fue de esas que uno debería marcar en el calendario con cruces pintadas con crayola. Había querido escribir, pero me prometí no hacerlo hasta que la gripe disminuyese (me incomoda jugar con mis mocos mientras inclino la cabeza hacia el teclado), en cambio, me dediqué a dormir temprano y bañarme cada tercer día.


De lunes a viernes bebí sólo una noche. Cuando lo normal es que me abstenga uno y reviente los otros cuatro. Y ahí me tienen, con el ansia divina por festejar el cuento (supongoyamuchossabenlodelcuentoqueapareceenunaantologíadeeditorialFicticia), y correr a pararme un pedo con todos y cada uno de los cuates, los colegas, las reinitas y las amigas de las reinitas, los rumis...en fin, pero nada de eso sucedió, y no vengo aquí a llenar sus ojos de lamentos, porque ya dije que fue una de esas semanas para marcar con el artefacto y técnica de su preferencia.


Sucede que a casa llegó un perro. Un pinche perro con el hocico de cocodrilo, el cuerpo de caballo y el humor pardusco. Dobi, alias cirilo, alias gufy, alias escubi, alias mierdadeperro. Aclaro que los cuadrúpedos me encantan, pero encontrarme un Dóberman a las tres de la mañana en el pasillo de mi departamento fue como ver al diablo. Y al otro día encontrar las bocinas orinadas peor aún. Mi rumi tuvo que aceptar que el depa no era el mejor sitio pa que viviera ese hijo e puta (aunque el último día me cayó re bien cuando nos fumamos un cigarro en el balcón).


Ahhhh pero el sábado dije cómochingadosnovoy a beber, faltabamas, miraviejo el niño quiere pararse un pedo, diría mi abuela, un pedo a su tamaño, respondería mi abuelo. Y sí, efectivamente así mismo lo hice. Oh sí, un pedo de esos deprimentes en una fiesta que no era la mía, en la que no estaban mis cuates, y en la que caí por bailes del destino y promesas de alcohol gratuito.


Primera cerveza: No conozco a nadie, verga, a onde vine a caer.

Segunda cerveza: Pues no hay pedo, con que no se acabe el alcohol.

Primer ron: Al menos ya llegó más banda.

Segundo ron: Yo pongo la música, ábranse.

Primer wiski: Sí sí, la morra tiene un alguito...

Segundo wiski: Nel ni madres, yo pongo la música wey¡¡ ¿Cómo se llama ella?

Tercer wiski: El pedo con las izquierdas es que la Yanis Yoplin se murió joven, y si no le ganamos al Cruz Azul mañana ya nos llevó la chingada, igualito que al país con la crisis...

Primer vaso de vino: Aistan mis 50 morlacos pa la ostra...


En fin, México pierde con Jamaica, Nachional Geografik estrenó una serie de cuatro capítulos sobre América latina, escrita y dirigida por Álvaro Vargas Llosa y en la que tenía puestas mis esperanzas de una buena crítica (de derecha) pero buena, a varios asuntillos. Pero no, una lástima, en verdad una lástima.


Ora sí, ya me voy.