domingo, 29 de marzo de 2009

Confesiones vecinales o te chingaron la macetita (ACTUALIZACIÓN)

Sin que el tigre me advierta

logro entrar en la casa

la fiera duerme:

Eduardo Lizalde

Llegó un vecino nuevo y brabucón al barrio. En realidad es un hijo e puta que se mudó un piso arriba del mio pero en el ala contraria del edificio, lo que significa que si abrimos la ventana nos vemos de frente, el hacia bajo yo hacia arriba.

Se queja con todos y por todo, que si gritas cuando coges, que si huele mucho a marihuana que si apesta a tabaco, que el edifcio vive en la parranda, que bájale a tu desmadre, que esto quelotro. Hace unas semanas se paró unos putazos con el del 4, en realidad fue una escaramuza corporal que no fue más allá de las agitaciones y los roces.

Se vuelve necesario aclarar que, efectivamente el edificio es todo eso y más, pero que ese néctar vecinal, esa amalgama de adicciones, forma un equilibrio, una burbuja placentera y reconfortable que el señor Quejas ha despedorrado con sus cuestiones mundanas. ¿Acaso hay quien no puede dormir sólo porque el vecino tiene un concierto en forma? más aún, ¿Eso importa?

Se ha quejado de mi música un par de veces, ayer se gritoneó con la vecina, "pero si sos toda una puta" le dijo, (y es más que la verdad, pero eso no debería ser una queja, sino un agradecimiento) y cuenta la leyenda aún más cosas horribles, cosas de sangre y brebajes y aullidos (naaa, pero se oye chido).

Pero ese hombre duro, ese cabrón, ese revientahocicos, esa cuna de alaridos, tiene un gusto, un amor, una debilidad. Se trata de tres macetas que cuida mas que a su culo. Las pone al sol por las mañanas y noches pa que les de el fresco. Las mima y les canta rolitas con voz cuasiangelical chingame el oido.

Hoy, hace unas horas, una de las tres macetas desapareció. Sr. Quejas pegó el grito en el cielo, mientras esto escribo, él aún indaga con una vecina. Se pasea por el edificio como perro, pegando la nariz a las puertas, dejando su aliento de venganza, se frota los nudillos, yo lo se.

No tardará mucho en dar con la maceta en el depósito de basura, hasta el fondo, muy al fondo pero alcanzable para quien busca la verdad. El culpable dejó caer tierra y la tierra tiene las huellas de mis zapatos. Así de barbas.

ACTUALIZACION

El asunto está así: hoy a media mañana apareció en la sala mi depa una pelota de tenis. Así sin más, una pelota de tenis que entró por la única ventana abierta, sin romper nada, casi pude imaginarla rodando desde el depa de Quejas hasta el mio, rodando suavecito y paciente, bajando las escaleras con un bote controlado pa decirme, ya sabemos que eres tu. ¿¿Qupe hace una puta pelota de tenis en mi salaaaa¡¡¡????