domingo, 3 de enero de 2010

Ustedes pongan los Huevos, yo pongo la poesía (ACTUALIZACIÓN)

ACTUALIZACIÓN, enero 27.

La paciencia es una virtud de toda creación. Empollar los versos, conservar los huevos, cuidarlos pa que el gato, su curiosidad y la nuestra, no terminen quebrandop el mcascarón y revelando el contenido.

Ya están los primeros huevos, son un total de 25,  lo que multiplicado por el costo de cada uno, es decir, seis cascarones, recibiré un total de 150 cascarones, mismos que pondré a empollar inmediatamente y así hasta mulptiplicar la poesía hasta que a ustedes se les acaben los huevos.

Por el momento, sólo entregaré un máximo de 2 huevos por persona. Recuerden, reciben a cambio un sólo verso, no un poema. Los huevos quedaron muy bonitos, muy chulos ellos, todos pintaditos, lástima que para leer su contenido tendrámos, por fuerza, que romperlos, y así, hacerle honor a Quevedo, pues sólo Lo fugitivo, permanece.

¿Quién dijo yo ?

 En el post anterior dije que para mi era fundamental que la poesía irrumpiera donde fuese capaz de sorprender al lector.  El trabajo poético es una labor individual, una cuestionamiento personal y solitario donde la palabra es, a menudo, la única compañía.



Eso es el trabajo poético, más no la poesía. Leer poesía y disfrutarla, no tiene porque ser una labor de soledades. Es cierto que muchos gustamos de paladear los versos preferidos en ambientes tranquilos y serenos, que inviten a disfrutar las letras. Sin embargo, la poesía y su goce, puede también acompañarse de vehículos que reafiirmen su impacto en el lector. Ejemplos hay muchos, ahí están los compañeros de Adversario en el Cuadrilatero, una experiencia sensacional para lectores y poetas. Tampoco olvidar a Las poetas del megáfono ni a los colegas del Recital Chilango-Andaluz, poesía de los dos lados del charco y con los que tuve el gusto de compartir escenario y conocer la llamada Perfopoesía.




Pues bien, hace unos días estuve pensando en empezar una nueva locurilla, un divertimento para los lectores de poesía, y también para los no lectores de poesía. LA POESÍA NECESITA HUEVOS es el nombre de esta aventura en la que ustedes me van a ayudar.




Como han visto en las fotografías de este post, el asunto se trata de vaciar y adornar huevos, a semejanza de los que se usan para rellenear de confetti en las fetividades. Sólo que mis huevos, o más bien los suyos, se rellenarán con versos de su servilleta.

Estos huevos son para ustedes. Para mis amigos y para los que no son mis amigos, para los lectores de este blog sean conocidos o desconocidos, y en general a todo el que le interese empollar un huevo con un verso adentro, y romperlo el día que la curiosidad o las ganas de poesía se lo dicten.




Los huevos tienen un costo de recuperación: Por cada huevo que requieran, me tendrán que dar a cambio seis cascarones vacíos para que yo pueda seguir germinando versos dentro de ellos. Esa es la única condición. Hagan su petición dejando un comentario, no importa que no nos conozcamos, ya encontraremos la forma. Así que, a partir de hoy, Ustedes pongan los huevos, yo la poesía.