lunes, 26 de enero de 2009

MUAC¡¡¡

La razón por la que existen varias formas de pasta (fusilis, espaguetis, tallarines) echas con la misma harina se debe a que es precisamente la diferencia de la forma lo que cambia el fondo, el sabor. Nuestras papilas gustativas reaccionan de distintas maneras ante las texturas y geometrías que nos llevamos a la boca. La lechuga por ejemplo, no sabe a nada, pero el placer de comerla radica en el crash que provoca en los dientes.

Por eso no es lo mismo besar labios de carnocidades generosas que labios delgaditos o chuecos (como de almeja, diría
la amá hurón) o lenguas largas o cortas o con pircin. No se qué piensen refinados lectores, pero besar cuando se está enchilado (con chile) es la mera explosividad, dos emociones agitaciones intervenciones que tu boca tiene que resistir al mismo tiempo. Es lindo, aunque se necesita práctica para no Moquear.

Ante la mamarrachería del gobierno panista y su fallida intentona ya por todos conocida, estaba pensando en la posibilidad de un performans besucón, algo como una cadena de besos, pero el asunto tiene algunas imposibilidades técnicas. Bien a bien sólo se puede besar a una persona a la vez, por lo que no hay posibilidad de que la interacción crezca. En el sexo, por ejemplo, se me ocurren varias formas de hacer una cadena interminablemente divertida y solidaria para manifestarnos por la paz (jeje), pero los besos son un reto de otra naturaleza.

En realidad estaba pensando en convocar (estaba, ya no, así que NO estoy convocando a nada porque me da hueva) a que la banda se grabara besándose de manera infractora según el Manual de Carreño (¿habla de eso Carreño?), o sea de preferencia, con lenguita al aire y soundtrac tronadón, manita pudorosa pero coqueta, en fin, ustedes saben, que nos regalaran en video 5 segunditos de su valiosa pero inofensiva intimidad, para juntar un putero de besos (se podría participar sin límite de envíos) y hacer algo lindo con ellos, un video para el Gober de Guanajuato. Sería una lección moral, pero también muchos agradecerán el favorcito de pedirle el beso a quien train en mente, no se hagan pendejos ni se ruboricen mientras esto leen.
-Ven, para la trompita que aitevoy, eso digan, sin pena, y pónganse de pinchis besucones en lugar de andar de ociosos, así de barbas.