Hay etapas de mi vida en que el insomnio me envuelve todas las noches. Nótese el verbo "envolver", porque hay a quienes el insomnio sorprende, ataca, perturba, seduce...a mí me envuelve, arropa, encapsula.
Vivir en la burbuja del insomnio obliga a generar empatías con la noche, sobre todo con la noche profunda, momento en que los relojes marcan el climax de toda pesadilla, ese tiempo sin grillos ni dueño por el cual me muevo, a tientas pero lúcido. Me gusta tanto la noche que he llegado a ser indiferente con las mañanas, y así como para muchos el afiebrado canto de algún avechucho por la mañana simboliza vitalidad o provoca alegrías, para mí, el silencio de la nadanocturna es un preludio de fertilidad. Todo nace y todo se crea en la noche, el mundo se arma y desconfigura en diez minutos cruciales, de oscuridad apabullante.
Ayer el sueño me asaltó (porque ese sí me asalta y se invita solo) cuando el alboroto diurno comenzaba a ser evidente: tacones, regaderas, portezuelas. Y eso me agrada. Y duermo a lo más cuatro horas. Y tengo ojeras y todos dicen que voy a desaparecer y yo pienso simplemente que es parte de vivir la noche y fumar mientras tu duermes y beber mientras tu sueñas y reconciliarte y reconciliarme mientras te persigue un perro en tu pesadilla y mientras yo camino por las calles de la narvarte tu sudas las sábanas. Es simplemente eso. Subirse a la mano de la noche.
Así de Barbas.
10 comentarios:
Nocturnos somos y en los infomerciales andamos, Isteri. Estoy de acuerdo en que durante la noche las cosas pasan más de a de veras. Alguna vez me impresionó pensar en una ciudad vacía con millones de personas dormidas. Y más, pensar que eso ocurre diario. Iba a poner más rollo pero Neruda es más contundente:
Cadáveres dormidos que a menudo
danzan asidos al peso de mi corazón,
qué ciudades opacas recorremos!
Así de barbas, pues
Todo lo que la noche
dibuja con su mano
de sombra:
el placer que revela,
el vicio que desnuda.
Todo lo que la sombra
hace oír con el duro
golpe de su silencio:
las voces imprevistas
que a intervalos enciende,
el grito de la sangre,
el rumor de unos pasos
perdidos.
Todo lo que el silencio
hace huir de las cosas:
el vaho del deseo,
el sudor de la tierra,
la fragancia sin nombre
de la piel.
Todo lo que el deseo
unta en mis labios:
la dulzura soñada
de un contacto,
el sabido sabor
de la saliva.
Y todo lo que el sueño
hace palpable:
la boca de una herida,
la forma de una entraña,
la fiebre de una mano
que se atreve.
XV
PS. No sé si podamos considerar el veinte para las seis como noche. Sería como protomañana, en todo caso.
Lo bueno es que avisas que te cambiaste de blog...
buuuuuuuuu!
También la noche se te asemeja,
la noche remota que llora,
muda, en el corazón profundo,
y las estrellas pasan cansadas...
***
Hermoso. Sobre todo el final, muy bueno.
Abrazo de media tarde, pero muy fuerte.
No me entregues, tristísima medianoche, al impuro mediodía blanco". No hay noche tan larga que no culmine en día, anuncia la tragedia. La maldita y adorada noche. Pero amanece y los insomnes, ¿qué hacemos los insomnes?
Alejandra Pizarnik
Insomnio inducido, lo has probado???
Mmmm, esta increíble. luego te paso la receta
La noche da para mucho, ahora, por ejemplo recordé a la Lisa que todos llevamos dentro, en el caso de Mark Sandman era Lilah. Su canción 'the night' es una de las más bonitas que hizo.
you're the night, Lilah
a little girl lost in the woods
you're a folktale
the unexplainable
you're a bedtime story...
you're everything that we can't see
Lilah
you're the possibility...
Un abrazo, Eric!
Un cafecito nocturno es a todo dar.
Mmm!!
Y la ciudad de noche es un verdadero placer.
Saludillos!
Uy! Que bonito :)
Yo soy de las que todavía se asusta con el insomnio. Te mando besos y ¡mi libro ya mejoró!
Esas madrugadas de insomnio me gustan aún más acompañadas por los flamenco sketches de miles davis. Me gusta mucho tu nuevo blog: va agarrando un chingo de ondita.
un abrazo
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