Días en que el ocio y la esterilidad
cubren las cosas
como un polvo finísimo
Eduardo Lizalde
La madrugada del viernes pasado abordé un taxi. Era un vocho ecológico con luces de neón por dentro y fuera, sonido de altas fidelidades, vestiduras de piel, dvd, una esfera de cristal de esas de disco ochentera de cuando Madona era virgen y John Travolta en el piso daba vueltas.* El chafirete, tipo de no más de 1, 57 (usaba dos cojines palcanzar los pedales), cabello corto, guantecito de piel en mano a la palanca, gorra Naik y demás artesanías de la modernidad, me abrió la puerta con mucha cortesía:
Hola, buenas noches, a dónde te llevo. A eje cinco, respondí, y no acababa de decir aquello, cuando, (usté perdone el lenguaje de experto que a continuación utilizaré, estimado y barbón lector) detecté que en ese auto alguien lestaba quemando las patas a Satanás, lestaba prendiendo fuego al regalo de reyes, jugaba canicas con la divinidad, sembraba humo pa obtener vida, fumaba mota pues.
-Ora ora, ya no son estas horas de fumar solo.
-Uy joven, es que lo vi muy fresa, por eso lo apagué, pero con gusto le damos.
Pero yo, barbones lectores, que he visto los comerciales de Mucho Ojo, dije este malandrín de seguro me quiere: a) asaltar b) follar c) vender drogas. Y tras medio segundo de sesuda reflexión (en el cual evalué las consecuencias, si me asaltaban pos no me quitarían mucho, si me follaban, tampoco me quitarían mucho, jejeje, y si me vendían drogas, pos las compraba) le di un par de caladas al cigarrillo y segundos después avenida de los Insurgentes fue música color y serenidad.
Stevie Wonder de fondo, mis oídos saturados:
- Que buen sonido caaab, que buen sonido me cai, y que buena yerba
-Uy, pero no sólo traigo yerba ira...
Y sacó de una meletita varias bolsitas de coca, tachas, piedra. Oraaaaaleeeee pero si eres todo un pinchi Disco Taxi Diller pensé pa mis adentros, aunque guardé la compostura y me limité a preguntar precios.
El taxímetro marcó 25 pesotes, pagué 50. Así de barbas.
*Calle 13 "Electromovimiento" del Disco, Los de atrás vienen conmigo
12 comentarios:
¡Vaya! Todo mundo ha escuchado que los taxistas son unos cafres, que no respetan señales y mucho menos límites de velocidad; todo mundo ha escuchado que en taxi ¡vas volando! Pero no creí que fuera tan cierto.
Lo tenía por leyenda urbana y al respecto tenía solo una referencia de que esto fuera cierto. Debe haber sido Arjona (y a él si le tocó cojín).
Gracias por demitificar el asunto, por convertir una leyenda más en toda una anéctdota de la vida real.
Ja!, cuesta trabajo creerlo, ¿es el taxista sin miedo o que?, digo, sin miedo a que lo vayan a agarrar...
Ah, qué post chido! ¿Invitó al taxi diller al cova, o consiguió su tarjeta para pedirle servicio? Saludos barbones
Ahhhh, guarache, le hubieras pedido la rutaaaa... yo quiero encontrarlo y vivir la experiencia del Disco Tatsi Diller!!!
De cualquier forma, me mantendré alerta a la salida del Cova, igual por ahí aparece otra vez!
Ja ja ja qué chingón... y yo no entendí que el guey fumaba mota hasta que lo dijiste así, clarito, fumando mota. ¿Y paraste al taxi frente a la Cova? pues aún más chingón. Lo único que no agarré es que el guey trajera dos cojincitos para alcanzar los pedales... ¿qué pedo?
Ahhhh! que experiencia!
mmm... no sabía que "fumar mota" podía decirse también "prender fuego al regalo de reyes"...je, uno se ilustra también con el viaje de los otros, me cae!
Besooooooooooooos
Su generosidad no tiene parangón mi comandante, o ¿acaso era su pacheca?
Fan mio!
Fijese, que me gusto este comment.
Lo veo el sábado, con suerte le presento otro mundo.
Zassss!! Qué verdes taxis, me uno al comentario de profana. Viaje seguro, viaje tranquilo, viaje...
Salud!
Yo creo que en tiempos de crisis es de sabios diversificar el negocio...
ve que suavee!!
seguro que fue un buen viaje!
xD
aunque eso de que te vio muy fresa... tssssss!!!
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