Por mucho tiempo pensé que se hallaría en algún recóndito paisaje guardado celosamente para quienes saben contemplar la vida. También imaginé que podría encontrarla a mitad de una biblioteca con volúmenes en lenguas desconocidas reservadas para eruditos. Intenté las esquinas del mundo y las escaleras que dirigen al cielo y al infierno. Busqué entre tus piernas y entre las miradas de los viejos, en los armarios de la abuela y en los escaparates de las tiendas de moda.
y vine a encontrarla donde menos lo imaginaba...
2 comentarios:
Comienza también en tu frente. Igual que el misterio y el olvido.
Lo sabía! Empieza en unos pies para luego seguirle con las piernas.
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