introducirles un mensaje
y arrojarlas al mar
u abandonarlas en el autobús
o en el sillón del restorán
es un acto banal
una cursilería
en estos tiempos
de asombro devorado por los gb
si alguien encuentra
una botella preñada
con nuestra caligrafía
seguro
lamentará
no haber hallado
una Cocacola
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